El presidente Trump dio positivo por Covid-19 a medida que se acercan las elecciones. Los inversores deben prepararse para un octubre turbulento en el mercado.

El dólar estadounidense se devaluó recientemente, y el mercado todavía está en un estado de ánimo de riesgo en este momento.

En 2020, la Reserva Federal de EE. UU. mantuvo su tasa de interés de referencia sin cambios en un nivel mínimo histórico cercano a cero para impulsar la vacilante recuperación.

Los formuladores de políticas de la Fed señalaron que las tasas de interés cercanas a cero durarían hasta 2023 para ayudar a la economía de EE. UU. a recuperarse del cierre del coronavirus.

La persistencia a largo plazo de tasas de interés bajas disminuiría el atractivo del dólar.

Algunos analistas creen que el dólar estadounidense puede enfrentar una devaluación prolongada debido a la continua y poderosa relajación monetaria, la presión de la deuda del gobierno de los EE. UU., el aumento del euro y la relación entre EE. UU. y China, etc.

Goldman Sachs destacó la creciente preocupación por la inflación en EE. UU. al emitir una audaz advertencia en julio de que el dólar está en peligro de perder su condición de moneda de reserva mundial.

Si bien esa opinión sigue siendo minoritaria en la mayoría de los círculos financieros, y los analistas de Goldman no dicen que crean que sucederá necesariamente, captura una vibra nerviosa que se ha infiltrado en el mercado.

La posición del dólar durante décadas como moneda de reserva mundial está en peligro debido a las medidas que ha tomado EE. UU. para apoyar su economía durante la pandemia de COVID-19, según Ray Dalio, fundador del gigante de fondos de cobertura Bridgewater Associates.

Sin embargo, como moneda dominante en el mundo, el dólar estadounidense mantuvo su papel principal en el comercio de divisas. El dólar estadounidense estuvo del lado del 88% de todas las transacciones el año pasado, según la última encuesta del Banco de Pagos Internacionales (BIS).

Las estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) muestran que el dólar estadounidense todavía representa alrededor del 62% de las reservas mundiales de divisas.

Cobertura y diversificación

Los inversores tienen tres opciones: quedarse con la cartera original, sortear las fluctuaciones de la moneda; cambiar a clases de activos que tienden a funcionar mejor bajo un dólar debilitado; o busque inversiones diseñadas para aprovechar la caída del dólar.

La devaluación del dólar estadounidense también puede desencadenar inflación, lo que lleva a precios más altos de las materias primas. Comprar materias primas es otra forma de protegerse contra la inflación, especialmente los metales preciosos como el oro, cuyos precios se han disparado recientemente.

El administrador de cartera Robert Cohen, que supervisa el Dynamic Precious Metals Fund, que superó al 82 % de sus pares este año, argumentó que el oro es una apuesta "agradable y segura" de cara a las elecciones estadounidenses de noviembre, informa Bloomberg.

Junto con las preocupaciones actuales de Covid-19, las elecciones estadounidenses son "probablemente las elecciones estadounidenses más polémicas desde la Guerra Civil", lo que podría desestabilizar el mercado estadounidense brevemente, independientemente de quién gane, dijo Cohen a Bloomberg.

"No estoy seguro de cuánto quiero invertir de cara a las elecciones", dijo, y agregó que el oro sería una forma segura de proteger la cartera de uno.

Los inversores se han desplazado a los activos de refugio seguro después del agresivo estímulo del banco central, las tasas reales más bajas, el estímulo fiscal masivo y los riesgos económicos en curso relacionados con Covid-19, lo que hizo que el oro subiera a niveles récord este año. Los lingotes de oro tocaron un máximo histórico en agosto antes de caer bruscamente.

Los precios del oro experimentaron una caída de $200 en septiembre, lo que Wells Fargo considera una gran oportunidad de compra durante una corrección bien esperada.

"Somos compradores de oro", escribió el lunes el jefe de estrategia de activos reales de Wells Fargo, John LaForge. "Después de una gran racha de siete meses, el oro se enfrió en agosto y septiembre. Los precios al contado del oro hoy se ubican alrededor de $ 200 por debajo de su máximo histórico de $ 2,075 por onza establecido en agosto".

"Solo cinco veces desde 1980 el oro ha visto repuntes de más del 37% en tan poco tiempo. Este tipo de repuntes son difíciles de mantener, y el oro debía enfriarse un poco", explicó LaForge.

Antes de septiembre, el dólar estadounidense tenía una tendencia bajista, lo que ayudó al oro a subir a sus nuevos máximos históricos.

"Sin embargo, a principios de agosto, el dólar estadounidense dejó de moverse a la baja. Y en las últimas semanas, incluso comenzó a subir", dijo LaForge.

Sin embargo, la visión optimista de Wells Fargo sobre el oro no ha cambiado y el banco se mantiene optimista sobre el metal amarillo.

"El contexto fundamental se ve bien. Las tasas de interés siguen bajas, la oferta de dinero es excesiva (flexibilización cuantitativa) y dudamos que el repunte del dólar estadounidense en septiembre sea prolongado", dijo LaForge. "Consideramos que el oro a estos precios es una buena oportunidad de compra y, como lo demuestran nuestros objetivos de fin de año para 2021, esperamos precios del oro más altos".

En julio, Wells Fargo publicó sus pronósticos actualizados del precio del oro, afirmando que el oro podría subir hasta $ 2200 - $ 2300 para fines del próximo año, lo que significa que todavía hay mucho potencial alcista.